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Uso de Ivermectina en el tratamiento de COVID-19

Con el advenimiento de la pandemia causada por el nuevo síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2/COVID-19), se ha dado una creciente comprensión del SARS-CoV- 2/COVID-19 en las estrategias de virología, epidemiología y manejo clínico, sin embargo, no se ha aprobado oficialmente ningún medicamento o vacuna anti-SARS-CoV-2 debido a la ausencia de evidencia adecuada.



Estudios recientes han revelado muchas opciones atractivas, una de las más recientes es la Ivermectina, un antiparasitario aprobado por la agencia para alimentos y medicamentos americana (Food and Drugs Administration - FDA), que en los últimos años ha mostrado un amplio espectro antiviral en estudios in vitro y recientemente se encontró que inhibe la replicación viral del SARS-CoV-2 in vitro. La ivermectina es un antiparasitario con amplio espectro de actividad aprobado por la FDA para su uso en humanos en varios países (Australia, Francia, Japón, Países Bajos, EE. UU., Etc.), en el manejo de enfermedades tropicales como oncocercosis y la filariasis linfática; y en otras parasitosis como escabiosis y estrongiloidiasis; con alta eficacia y un amplio margen de seguridad. La ivermectina es excepcionalmente potente, con niveles de dosificación efectivos que son inusualmente bajos.

Los virus siguen siendo los patógenos humanos menos conocidos, la patente falta de conocimiento con respecto a los mecanismos patogénicos y las interacciones entre el huésped y el parásito se destacan por la falta general de medicamentos efectivos contra los virus y el éxito limitado en el desarrollo de vacunas. Los problemas con respecto a la terapéutica antiviral incluyen un alto costo de producción, limitaciones en la disponibilidad y una alta prevalencia de resistencia.

El agente causante de la pandemia actual de COVID-19, el SARS-CoV-2, es un virus de RNA


Para probar la actividad antiviral de la ivermectina hacia el SARS-CoV-2, los investigadores del Monash University’s y el Biomedicine Discovery Institute (BDI) en Asutralia, infectaron las células Vero hSLAM, seguido de la adición de ivermectina a dosis de 5 µM. El sobrenadante y los sedimentos celulares se cosecharon en los días 0-3 y se analizaron por PCR para identificar al virus de COVID-19 (SARS-CoV-2). A las 24 horas, hubo una reducción del 93% en el RNA viral presente en el sobrenadante de muestras tratadas con ivermectina en comparación con el control. Del mismo modo, se observó una reducción del 99,8% en el RNA viral asociado a células con el tratamiento con ivermectina. A las 48 horas, este efecto aumentó a una reducción de ~ 5000 veces del RNA viral en las muestras tratadas con ivermectina en comparación con las muestras de control, lo que indica que el tratamiento con ivermectina resultó en la desaparición efectiva de esencialmente todo el material viral en 48 horas. Como hemos observado anteriormente, no se observó toxicidad de la ivermectina en ninguno de los puntos de tiempo analizados, ni en muestras de fármaco analizadas en paralelo.

El siguiente paso crítico en una evaluación adicional para un posible beneficio en pacientes con COVID-19 será examinar un régimen de dosificación de adición múltiple que imite el uso actual aprobado de ivermectina en humanos. Como se señaló, la ivermectina fue el foco de un reciente ensayo clínico de fase III en pacientes con dengue en Tailandia, en el que se encontró que una sola dosis diaria era segura pero no producía ningún beneficio clínico. Sin embargo, los investigadores señalaron que podría desarrollarse un régimen de dosificación mejorado, basado en datos farmacocinéticos. Aunque DENV es claramente muy diferente al SARS-CoV-2, este diseño de prueba debería informar el trabajo futuro en el futuro. En conjunto, con la información actual, muestra que la ivermectina es digna de mayor consideración como un posible antiviral SARS-CoV-2, aunque aún faltan muchas pruebas y estudios para que sea considerado en la práctica clínica.

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